Ha. 1, 5: 5. Mirad a las naciones, contemplad,
- quedad estupefactos y atónitos:
- voy a hacer una obra en vuestros días
- que no creeríais si os la contasen.
(II Revisión)
Is. 43, 18-19: 18. ¿No os acordáis de lo pasado,
- ni caéis en cuenta de lo antiguo? (El pasado se vuelve a repetir, y así se cumple La Palabra)
19. Pues bien, voy a hacer algo nuevo:
- ya está en marcha, ¿no lo reconocéis? (Acá es punto seguido: Una afirmación completa)
Sí, abriré en el desierto un camino,
- alumbraré ríos en el páramo;
[La Palabra de Dios se ha cumplido muchas veces a través de la historia del hombre y se volverá a cumplir atendiendo a Qo. 3, 15. Quien observa las Sagradas Escrituras, se da cuenta que se vuelven a cumplir fragmentos de La Palabra, repitiéndose la historia, y a raíz de estos que se cumplen, se cumplirán otras muchas cosas. La Palabra de Dios es siempre para el presente.]
Para poder discernir la obra de Dios que está en marcha es necesaria la ayuda de Dios mismo, el Espíritu Santo, como sucedió con Pedro cuando reconoció a Jesús como el Mesías [Mt. 16, 15-17].
Dn. 12, 10: 10. Muchos serán purificados, lavados y acrisolados; los malvados seguirán haciendo el mal, sin que ninguno comprenda; pero los sabios comprenderán.
Al que pida la luz del Espíritu Santo le será dada Sabiduría para discernir los signos del final de los tiempos, porque al que busca respuestas Dios no se las niega [Mt. 7, 7-8]. Y al igual que al que busca respuestas Dios se las dará, al que no quiera conocer del final de los tiempos ni aceptar la salvación se le endurecerá el corazón [Mt. 13, 14-15]. Quien no sirve a Dios, le da poder a Satanás sobre su vida para actuar como el desee en pos de la perdición del alma [1 Jn. 3, 10: O hijos de Dios o hijos del diablo], puesto que Dios nunca endurecerá el corazón del hombre. Todo mal viene del Maligno, puesto que Dios no conoce mal. Cuando el hombre en su voluntad rechaza a Jesucristo como cabeza, queda a merced de Satanás.
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