Mt. 22, 29: 29. Jesús les respondió: “Estáis en el error, por no entender las Escrituras ni el poder de Dios.
(II Revisión)
Mc. 12, 24: 24. Jesús les contestó: “¿No creéis que estáis en un error, por no entender las Escrituras ni el poder de Dios?”
Para poder estar en la verdad es necesario entender las Sagradas Escrituras y (porque en ambas citas dice “ni”) el poder de Dios. Por esto, para dar una mirada sabia a La Palabra, es necesario comprender la Omnipotencia, la Omnisciencia y la Omnipresencia de Dios aplicada a su Palabra. Sobre todo, recalcando en su Omnisciencia, nos podemos dar cuenta que una pequeña cita bíblica contiene muchas verdades, sabiduría e incluso los misterios que Dios ha revelado paulatinamente en la historia de la Iglesia. Toda verdad está contenida en la Palabra de Dios. De ahí que se necesite pedir el don de Sabiduría e Interpretación de la Palabra al Espíritu Santo.
Is. 29, 9-12: 9. Idiotizaos y quedaos idiotas,
- cegaos y quedaos ciegos;
- emborrachaos, pero no de vino,
- tambaleaos, y no por el licor.
10. Pues Yahvé os va a insuflar
- un espíritu de sopor:
- ha pegado vuestros ojos (profetas)
- y cubierto vuestras cabezas (videntes).
11. La revelación de esto se os volverá
- como palabras de un libro sellado,
- que se lo dan a uno que sabe leer
- diciéndole: “Ea, lee eso”,
- y responde: “No puedo, está sellado”.
12. Luego se lo pasan a un analfabeto
- diciéndole “A ver, léelo”,
- y responde: “¡Si no sé leer!”. (Leer La Palabra de Dios como un libro normal hecho por los hombres, es lo que muchos hacen, y esto es a lo que se refiere: no saber leer o saber leer pero no poder abrir La Palabra. Quien no puede abrir, o no sabe leer La Palabra no accede al conocimiento y sabiduría que brinda: Conocimiento de Dios y de la verdad. “El conocimiento de La Palabra va más allá de conocer sus letras.”
Muchos se jactan de haberla leído mientras que lo que hicieron fue como leer un papel en blanco, y por sus frutos se identifican [Mt. 7, 15-20; 12, 33])
Mt. 7, 6: 6. “No deis a los perros lo que es santo, ni echéis vuestras perlas delante de los puercos, no sea que las pisoteen con sus patas, y después, volviéndose, os despedacen.”
Lo santo son las enseñanzas de Las Escrituras, también las perlas, la sabiduría de Dios contenida en ella. Los perros y los cerdos son aquellos que por pecadores, herejes, anatemas, o simplemente por no creer en La Palabra o estar desvinculados de La Iglesia, no se hacen merecedores de recibir las perlas y lo santo que proviene de Dios. Incluso quien no quiera encontrar la verdad o sea de los que critican pero no investigan, que no se deja guiar, que habla sin conocer, no se hará merecedor de las perlas del cielo.
Lc. 24, 45: 45. Entonces, abrió sus mentes para que comprendieran las Escrituras.
La Interpretación de La Palabra también es un don concedido por Dios, bien dice la misma que el que busca encontrará [Lc. 10, 9]. Así, debemos leer las Sagradas Escrituras, partiendo de la enseñanza apostólica, ojalá con alguien que nos guíe, iniciando desde el Nuevo Testamento por Jesús Cristo, con fe y anhelos de conocer la verdad, las perlas del cielo. El Espíritu Santo nunca niega dar su don, regalar Sabiduría, a quien con humildad y sed de la verdad, quiere conocer la obra de Dios a través de La Biblia.
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