Lc. 21, 22: 22. Porque estos son días de venganza en los que se cumplirá todo cuanto está escrito. (La venganza es contra quienes abusaron de la misericordia de Dios, contra los pecadores y su insulto a Dios y el daño que han hecho. Contra los que hicieron pecar a los justos y buenos, contra quienes dispersaron al rebaño y lo confundieron con falsas ideas, contra los inmisericordes y soberbios, contra los seguidores de Satanás)
(Se cumplirá todo cuanto está escrito. Toda la Sagrada Escritura se está dando al pie de la letra y según las profecías dadas a los profetas por Dios. En el discernimiento ya se ve esto: Se está cumpliendo toda la Sagrada Escritura)
Lc. 21, 31-32: 31. Así también vosotros, cuando veáis que sucede esto, sabed que el Reino de Dios está cerca. 32. Os aseguro que no pasará esta generación hasta que todo esto suceda.
(Ya están sucediendo todas estas señales, demasiadas para no darse cuenta si se busca y se discierne. Como dice La Palabra y los mensajes a los profetas de estos tiempos: “El Reino de Dios está cerca”
Ahora, cuando dice esta generación, no refería a aquella generación de aquel tiempo sino a aquella generación en la que se vieran suceder todas estas señales. Como dice La Palabra y los mensajes a los profetas de estos tiempos: “no pasará esta generación hasta que todo esto suceda”. Todo dará cumplimiento en ésta generación)
(II Revisión)
Reafirmando Lc. 21, 31-32:
Mt. 16, 1-4: 1. Se acercaron los fariseos y saduceos y, para ponerle a prueba, le pidieron que les mostrase un signo del cielo. 2. Más él les respondió: “Al atardecer decís: ‘Va a hacer un buen tiempo, porque el cielo tiene un rojo de fuego’, 3. y a la mañana: ‘Hoy habrá tormenta, porque el cielo tiene un rojo sombrío.’ ¡Con que sabéis distinguir el aspecto del cielo y no podéis discernir los signos de los tiempos! 4. ¡Generación malvada y adúltera! pide un signo, pero no se le dará otro signo que el de Jonás.” Y dejándolos se fue. [Mt. 12, 38-42]
Mt. 24, 32-34: 32. De la higuera aprended esta parábola: cuando ya sus ramas están tiernas y brotan las hojas, sabéis que el verano está cerca. 33. Así también vosotros, cuando veáis todo esto, sabed que Él está cerca a las puertas. 34. Yo os aseguro que no pasará esta generación hasta que todo esto suceda.
Las ramas tiernas y las hojas nuevas son las señales, los signos de los tiempos que indican que está cerca el verano del final de los tiempos. Por esto, cuando se vean estas señales, se sabrá que de esa generación no pasa sin que que todo lo predicho ocurra:
Muchas de las señales escritas en La Palabra ya se observan, algunas como la disminución del tiempo, los máximos solares que traerán problemas, el calentamiento global que acelerará la actividad sísmica y volcánica, amenazas de asteroides, se encuentran comprobadas científicamente y se evidencian e incrementan día tras día. El Espíritu Santo ya anuncia a través de la voz de Nuestra Madre María y de Nuestro Señor Jesucristo aquello que ha de venir, demasiados mensajes del cielo dados a los muchos profetas en distintas naciones que hablan de lo mismo. Rumores de guerra, el hombre buscando sólo los placeres diarios y otra cantidad de signos ya anunciados. Por esto, quien no se da cuenta es porque tiene miedo o porque quiere seguir pecando, y el miedo no es una excusa para no darse cuenta de las cosas, porque al que se le brinda la oportunidad de salvación abriéndole los ojos y no la acepta, se hace culpable de todos sus actos y de su propia condenación. Dirán que Dios es injusto, ¡injusto el hombre que ante tantos llamados angustiosos del cielo no recapacita! ¡Son demasiados! Dios agota hasta la última oportunidad en su misericordia y cuando habiéndolo intentado todo el hombre no reacciona, recurre a su justicia. Recordemos que primero pecamos nosotros y abandonamos a Dios, y que cada pecado tiene sus consecuencias. Que nadie se considere inocente a los ojos de Dios [Sal. 143(142), 1-2]. Más al que se convierta, por misericordia y amor, Él le dará el perdón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario